1. Francia, 1989
En
Francia, Jacques LeFevrier quiso asegurarse de su muerte cuando intentó
el suicido. Fue a la cima de un acantilado y se ató un nudo alrededor
del cuello con una soga. Amarró el otro extremo de la soga a una roca
grande. Bebió veneno y se incendió la ropa. Hasta trató de dispararse en
el último momento. Saltó al precipicio y se disparó al mismo tiempo. La
bala no lo tocó pero al pasar cortó la soga sobre él. Libre de la
amenaza de ahorcarse, cayó al mar. El repentino zambullido en el agua
extinguió las llamas y le hizo vomitar el veneno. Un pescador caritativo
lo sacó del agua y lo llevó a un hospital, donde murió… de hipotermia.
2. Associated Press de Cairo, Egipto, 31 de agosto de 1995
Seis
personas se ahogaron mientras trataban de rescatar una gallina que se
había caído en un pozo en el sur de Egipto. Un joven campesino de 18
años fue el primero en bajar al pozo de 20 metros de profundidad. Se
ahogó, aparentemente después que la resaca lo sumergió, dijo la policía.
Su hermana y dos hermanos, ninguno de los cuales sabía nadar bien,
bajaron uno por uno para tratar de ayudarlo, pero también se ahogaron.
Luego llegaron dos campesinos a ayudar, pero también ellos fueron
víctimas de la resaca. Los cuerpos de los seis fueron sacados más tarde
del pozo de Nazlat Imara, al sur de Cairo. También sacaron a la gallina.
Ésta última sobrevivió.
3. Agencia Reuters, Londres, 1996
4. 25 de marzo de 1993
Una
dieta terrible y una habitación sin ventilación se han indicado como las
causas principales de la muerte de un hombre a quien su propio gas lo
mató. No había señal alguna en su cuerpo pero la autopsia reveló grandes
cantidades de gas metano en su sistema. Su dieta consistía
principalmente en legumbres y coliflor (y algunas otras cosas): una
combinación perfecta de alimentos. Aparentemente, el hombre murió
mientras dormía por haber respirado la nube venenosa que flotaba sobre
su cama. Si hubiese estado fuera, o si hubiese tenido la ventana
abierta, no habría sido fatal. Pero el hombre estaba herméticamente
encerrado en su habitación aislada. Era "...un hombre obeso con una gran
capacidad para crear (este gas peligroso)." Tres de los rescatadores se
enfermaron y uno fue hospitalizado.
5. 2 de septiembre de 1999
Un
abogado y dos amigos suyos estaban pescando en el lago Caddo en Texas
cuando se desató una tormenta eléctrica sobre el lago. Todos los demás
barcos se dirigieron inmediatamente hacia la costa, pero no el abogado y
sus amigos. Solo en la parte trasera de su botecito de aluminio, este
individuo se puso de pie, alargó los brazos en forma de crucifijo y
gritó "AQUÍ ESTOY, DIOS, ¡DISPARA!" Y Dios respondió. Los otros dos
pasajeros del barquito sobrevivieron al rayo con sólo quemaduras
menores.
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