Los lémures nativos de Madagascar buscan
milpiés en los árboles para someterlos a una tortura narcótica. Como
muestra este video de la BBC, estos curiosos primates, inflingen
pequeños mordiscos en los milpiés para que estos produzcan una serie de
químicos de defensa, incluyendo cianuro –una sustancia que en dosis más
altas puede ser letal (Hitler incluso se habría suicidado utilizando
pastillas de cianuro). Los lémures se frotan el cuerpo con estas
secreciones, las cuales fungen como repelentes de insectos a la vez que
los colocan en un estado de embeleso: una dulce y evolutivamente útil
adicción. Los químicos secretados literalmente dejan a los lémures
babeando, soñando en los árboles. El video es una especie de arrullo
psicotrópico en el que la BBC ciertamente representa a estos animales de
manera antropomórfica, con un rictus de placer en cámara lenta.
Los lémures son considerados sagrados en Madagascar por la población antigua –su nombre significa fantasma o ancestro. Para aquellos que gustan de los lémures y las drogas, recomendamos la novela El Fantasma Accidental de William Burroughs, ubicada en Madagascar, donde los lémures son los fantasmas ocasionales que queridamente atraviesan el campo visionario de un capitán británico con un afición al yage. La novela acaba en un canto ecológico fúnebre del planeta, entre virus y conspiración, pero siempre con un alianza de ternura espectral con los lémures.
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