Publicado el
16 de noviembre de 2013
a las
10:00 a. m.
por
Soul Reaver X
Esta es mi historia:
Una noche de Halloween, por hacer algo de miedo, jugamos a la Ouija, cosa de la que siempre me arrepentiré. La
noche era fría, en el ambiente se notaba un aroma extraño, no sé
definirlo con palabras; unos amigos y yo buscamos una vieja Ouija que mi
familia siempre ha tenido guardada, era de mi bisabuela, la cual había
muerto cuando yo aún no había nacido, y siempre había querido conocerla.
Mis amigos hacían eso por diversión, yo por un fin, quería hablar con
mi bisabuela. La Sesión comenzó, entre risas mis amigos bromeaban, yo
estaba muy serio, concentrado, pero ellos no lo notaron, hasta que cayó
un rayo que iluminó toda la habitación oscura, seguido de un trueno, que
estremeció hasta el último de mis huesos. Asustados por el rayo, mis
amigos, se quedaron en silencio, como yo, concentrándose, de repente, el
puntero de la Ouija comenzó a moverse, preguntamos al unísono, quién
era, pero no respondió. El puntero se movía sin cesar de un lado para
otro, sin formar palabras. Al final paró, y lentamente, formó las
siguientes palabras: "Estoy yendo a por ustedes". Llamaron a la puerta,
pero nadie se atrevió a abrirla, oímos la voz de quien llamaba, era una
mujer, estaba en el pasillo, gritaba por entrar a mi habitación, el
cerrojo estaba echado, no podía entrar, pero parecía que iba a tirar la
puerta abajo. La mujer gritaba desesperada, la puerta iba a caer, así
que empujamos la cama para atrancarla. La mujer cada vez más
desesperada, gritaba mi nombre. Yo tuve el impulso de abrir la puerta,
pero me contuve, esos gritos eran desesperados. Entonces me di cuenta,
era mi bisabuela, algo me lo decía, aunque no podía explicar cómo lo
sabía. Me lancé a abrir la puerta, quería verla, tenía que verla, pero
mis amigos me agarraron. Los gritos cesaron, una de mis amigas, tuvo un
ataque de nervios, nos acercamos a consolarla, pero una voz grave y
fuerte salió de ella diciendo que no nos acercáramos, nos quedamos de
piedra. La mujer del pasillo comenzó a gritar de nuevo: "¡Se los
advertí, y no me hicistes caso, ahora moriras!". Mi amiga comenzó a
moverse de un lado a otro, diciendo que nos mataría, intentamos abrir la
puerta pero no pudimos, los gritos volvieron a cesar, conseguimos abrir
la puerta, yo salí primero, pero se cerró detrás de mí. Oí los gritos
aterrorizados de mis amigos, histéricos, pidiendo socorro, dando patadas
a la puerta para abrirla.
Escribo esto cuarenta y cinco años después de que ocurriera, acabo de salir de la cárcel culpado por el asesinato de mis
amigos, los cuales encontré muertos cuando conseguí abrir la puerta de
mi habitación.
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