26 de agosto de 2013

4 NOTAS IRRELEVANTES


HORMIGAS VS HUMANOS EN MANHATTAN

Lo que ves en la imagen es una representación de la población de humanos en Manhattan frente a la población de hormigas (en negro). El "pálido punto azul" de la izquierda representa 1.600.000 habitantes de la isla, una minúscula mota de polvo en comparación con los 1.230 millones de hormigas que se calcula que viven entre los rascacielos. El biólogo Rob Dunn ha hecho un pequeño cálculo multiplicando los metros cuadrados de zonas verdes por la extensión de cada zona de Nueva York, y el resultado es visualmente monstruoso. Sobre todo teniendo en cuenta que se queda corto, porque las hormigas no solo viven en zonas verdes de la ciudad, como ya vimos por aquí. 


  


SOY TU CEREBRO Y QUIERO QUE TE AMPUTES UNA PIERNA

 

En 2009, el australiano Dave Openshaw metió su pierna izquierda en un cubo lleno de hielo durante seis horas y cuando llegó al hospital los cirujanos no tuvieron más remedio que amputarle el miembro por debajo de la rodilla. Era exactamente lo que buscaba, puesto que su pierna resultaba un objeto extraño e insoportable para él. "He pasado años fantaseando con ello y por fin ya no está allí", relataba. "Me he quitado un peso de encima". Una mañana soleada de 2001, en Florida, George Boyer cogió su arma, se dirigió al patio trasero de su casa y se disparó en la pierna. Cuando llegó al hospital, los cirujanos se quedaron de una pieza cuando el chico les pedía a gritos que le amputaran la pierna a pesar de que parte era salvable. "Nadie puede imaginar el deseo irracional que he tenido desde que tengo recuerdo", explica. "Por primera vez en mi vida, soy feliz".






SI RECUERDAS TUS SUEÑOS, TU CEREBRO ES DIFERENTE



Aunque no se conoce bien el mecanismo, parece que hay dos tipos de personas: las que recuerdan con frecuencia sus sueños y las que apenas los recuerdan. Para añadir más interés al asunto, un estudio acaba de confirmar que el cerebro de unos y otros funciona de manera diferente, y que en estas sutiles diferencias podría estar la clave entre recordar y no recordar lo soñado.




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