Un norteño de Montegay decidió sacar a pasear a su perro, pero para evitarse la fatiga, tuvo la brillante idea de usar su coche para tal cometido:

La parte de más "no pinches mames cabrón" fue que decidiera dar el paseo por una gran avenida, en este caso el segundo sector de la colonia Country.

Todo marchaba bien, hasta que el perro fue atropellado. Y lo más curioso fue que no se dió cuenta él, sino que varios coches que pasaron cerca le tocaban el claxon para que se bajara y revisara al occiso.
Por todo lo anterior afirmamos: ese guebonazo es el Kristoff, y ahora sabemos que está en Montegay (lugar que casi seguro, es su lugar de nacimiento).
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