10 de agosto de 2013

EL CEMENTERIO

  
Esto ocurrió un fin de semana que se presentaba perfecto: discotecas, alcohol, chicas... Era viernes por la noche y mis padres no se encontraban en casa, ni lo estarían en todo el fin de semana. Con la libertad de estar solo en casa, llamé a un par de amigos, para invitarlos a pasar un fin de semana en mi casa.
Dos de mis mejores amigos aceptaron mi invitación y vinieron a mi casa -es una casa apartada de la ciudad-. Tocaron la puerta, decidí apagar la televisión, ya que me estaba aburriendo. Abrí la puerta y los recibí.
Pasamos todos tres juntos al comedor, y me di cuenta de que la televisión seguía encendida. Estaba seguro de haberla apagado antes de recibir a mis amigos pero no le di importancia. Como jóvenes que somos, nos pusimos a ver la tele y beber como hacemos normalmente, aprovechando la ausencia de nuestros de mis padres en casa. Nos lo estábamos pasando de lo mejor, risas, críticas a los programas que echaban por la tele etc...Pero de repente, escuchemos un fuerte golpe, venia de arriba.
Toño dijo que no era nada, que el viento probablemente habría abierto una ventana mal cerrada.
Se hacia cada vez mas tarde, y nosotros continuábamos a lo nuestro, bebiendo, riéndonos y esas cosas.
Empezaron a retransmitir un programa de efectos paranormales, la hora es indicada para que los niños no la puedan ver, era un reportaje de un cementerio. Apaguemos la tele porque esos temas no nos interesaban.
Porque lo apagas, te da miedo o que? –Vaciló Ivan-.
Ivan era el típico estudiante, bien plantado, que se hacia el valiente cuando estaba entre amigos. Pero que todos sabían que cuando esta solo, es un hablador.
Volvimos a encender la tele, para demostrar al estupido de Ivan que ese programa no nos afectabaen lo absoluto. Al encender la tele pudimos ver la imagen, una sombra en un cementerio, asumimos que era de un reportaje.
Porque no vamos nosotros a dar una vuelta al cementerio? –dijo Ivan, disimulando su miedo en un gesto muy atrevido-
Toño y yo nos dijimos que si. Tomamos nuestras chamarras, los celulares y una pequeña cámara digital.
Salimos de casa preparados para vivir una experiencia –brutal-. Me aseguré de cerrar la puerta con la llave.
Caminamos hacia al cementerio de nuestro (que no quedaba muy lejos de mi casa). Íbamos comentando algunas cosas, Ivan caminaba entre Toño y yo –supongo que seria, para demostrarnos que es un valiente-.
Lleguemos a la puerta del cementerio, soplaba una ligera brisa.
Intentemos abrir la puerta pero estaba oxidada, seguramente del tempo en que a estado inutilizada.
Con gran esfuerzo conseguimos desplazar la puerta lo suficiente como para colarnos en el cementerio. Una vez dentro, encendimos nuestras linternas, y procuramos no hacer mucho ruido.
"Bueyes, no es bueno perturbar las almas de los difuntos" –dijo Ivan en una voz apagada-.
Toño y yo nos echemos a reír y tratamos de calmarlo. Lo convencimos de que no hariamos nada malo, y que no pasaría nada.
Caminábamos poco a poco, alumbrando con las linternas cada centímetro que íbamos avanzando. De repente el viento empezó a soplar con fuerza, y como es de esperar, los ramos de flores depositados en los panteones de los difuntos hacían un ruido de lo más espantoso.
La cosa se estaba poniendo fea... teníamos mucho miedo, para que negarlo.
Seguíamos avanzando, alumbrando todo lo que dejábamos atrás, mayormente tumbas.
En ese momento Toño me susurro que vio algo brillante en medio de la oscuridad, y que sentía miedo dentro del cementerio. –Me lo dijo al oído, por tal de que Ivan no se asustase más- , pero seguimos avanzando, pensamos que fue una imaginación producida por el pánico.
Pero poco después sucedió lo mismo, fue entonces cuando nos dirigimos hacia donde dijo haber visto  algo brillante.
Llegamos a un pequeño campo de escasos metros donde en medio habia una pequeña habitación con una tumba dentro. Teníamos mucho miedo, parecía una toma de película, pero desafortunadamente era real.
Volvimos a sentir un ruido dentro de esa misteriosa sala; cuando nos dimos cuenta Ivan ya habia entrado en el recinto.
Toño y yo no teníamos el valor que Ivan venció en una décima de segundo. Estábamos nerviosos, no nos dimos cuenta de que nuestro amigo entro allí adentro.
Empecemos a gritarle, en cuanto saliera de allí nos iríamos, dejaríamos el cementerio y volveríamos a mi casa pero Ivan no respondía, la angustia se apoderó de Toño y de mi –no teníamos ni idea de que le pasaba a Ivan- , por qué carajos no salía?!
Volvimos a sentir un fuerte ruido que procedía de allí adentro. Le dije a Toño que me esperase, que le podía estar pasando algo a nuestro amigo, y que yo iva a entrar. Antes de entrar le advertí que no dejara de alumbrarme con la linterna.
Me decidí y empecé a caminar hacia la entrada de la pequeña habitación. La luz de la linterna me quitaba un poco el miedo; estaba a unos pasos de la puerta cuando vi una sombra en el suelo, le avise a Toño, yo sabia que algo malo le pasaba a mi amigo.
Entré decidido para buscar a Ivan –debía estar allí, porque entro y no lo vimos salir-.
Una vez dentro, el corazón se me acelero al ver a Ivan tirado en el suelo, tenia el celular fuertemente sujeto entre sus manos. Se lo arrebate en un gesto de impotencia y salí corriendo sin más. Toño no me preguntó nada y salió corriendo detrás de mi.
Mientras huíamos, yo iba derramando lágrimas por mi amigo Ivan; en ese momento no me fije si estaba vivo o muerto, no atine a tomarle el pulso. Solamente le arrebate el cel.
“Es culpa mía todo esto” pensé mientras seguía corriendo.
La puerta estaba a unos escasos 100 metros de distancia, y Toño corría velozmente detrás mío.
La huida se nos estaba haciendo eterna. Ya en la entrada del cementerio tuvimos que hacer un hábil gesto para esquivar la puert que anteriormente habíamos forzado para poder entrar.
Una vez fuera suponíamos que el peligro habia acabado, pero no fue así, alguna cosa extraña (no pudimos ver concretamente que) nos perseguía. Toño y yo, no teníamos otra opción que ir corriendo hacia mi casa e intentar encerrarnos.
Esa cosa extraña cada vez se nos acercaba mas, deje que Toño me rebasara para asi seguirlo con la vista (no queria perder otro amigo, por mi culpa)
Faltaba poco para poder ver mi casa, para simplemente verla. Cuando ya la teníamos en nuestro campo de visión, esa cosa que nos perseguía apretó su paso también.
Si seguíamos a nuestro ritmo acabaría atrapándonos. Teníamos una larga recta delante nuestro, le grite a Toño y le lancé las llaves
Toño no tardo en abrirla; yo estaba a unos metros de mi amigo que me gritaba pero yo no podía oír nada, solo veía su dedo señalando detrás mío y su boca en un gesto de miedo.
Me faltaban unos metros y estaría a salvo en mi casa. Hice un último esfuerzo y crucé la puerta, que posteriormente fue cerrada con una velocidad brutal, por parte de Toño. 
Echamos todos las cerraduras posibles e incluso pusimos un sofá para bloquear el paso de esa cosa extraña que teníamos detrás.
Caímos al suelo muertos de miedo, no nos salían las palabras. En un mar de dudas, la puerta sonó repeditamente. Instintivamente retrocedimos y empezamos a pedir perdón...
Solamente queríamos salir con vida de aquello.
Volvió a sonar la puerta, y al cabo de un rato oímos la voz de Ivan!... Ábranme por favor! -decía.
Era un momento de tensión, la puerta cada vez se movía más. Nos asomamos por la mirilla, y vimos a  Ivan lleno de sangre con la ropa destrozada. No dudamos ni un segundo en abrirle la puerta para curarlo y llevarlo a un hospital.
Desde esa noche, no hemos vuelto a venir a mi casa nunca más. Nos hemos cambiado de pueblo, y mi amigo Ivan esta ingresado en un psiquiátrico de Barcelona, donde lleva sin hablar desde el día en que le ocurrió aquel fatídico ataque en el cementerio.
No sabemos qué le ocurrió, como no habla, nunca podremos saber que le pasó.
Solo tenemos una pequeña prueba que capto su propio móvil dentro del recinto, aparece una sombra y sus propios gritos de pánico.   
 

0 comentarios :

Publicar un comentario