15 de junio de 2013

Sábado macabro


"Glass and the ghost children"




Esta es la historia
:

En los años 60 en Estados Unidos era la "época dorada" de los platillos volantes, y había numerosas revistas de ciencia-ficción y sucesos paranormales. En una de ellas trabajaba el protagonista de esta historia, Robert Glass, un reportero que se encargaba de la sección de apariciones fantasmales. A menudo discutía con su mujer porque ella creía que no ganaban lo suficiente, y que trabajar en un periódico de verdad le iría mucho mejor, pero a Robert le gustaba su trabajo, sólo tenía que escribir un artículo a la semana y además podía viajar gratis por todo el país para visitar casas encantadas. También uno de los motivos por el que le gustaba aquello era porque no creía en fantasmas, en las casas encantadas nunca había encontrado nada sobrenatural.

El director de la revista recibió una carta de un pueblo del sur, diciendo que en una casa que llevaba 40 años abandonada después de que se quemara en un incedio, por las noches se escuchaba música de piano procedente del interior. La policía ya había inspeccionado la casa y no habían encontrado ningún aparato capaz de reproducir música; ni radios, ni tocadiscos. Había un viejo piano pero estaba totalmente calcinado, ya no sonaba. Un agente de policía pasó la noche dentro de la casa, por si se trataba de algún grupo de jóvenes que iban allí a divertirse, pero no apareció nadie y a la mañana siguiente el agente se había vuelto loco. Mandaron a Robert a investigar aquello.

Robert con su grabadora entrevistó a la gente del local a ver qué le podían contar. Por lo visto la casa pertenecía a una familia adinerada, allí convivían varios hermano con sus respectivas esposas e hijos. Una de las hijas era una muchacha discapacitada psíquica a la que le gustaba mucho jugar con los niños y que tenía talento tocando el piano. Una noche hubo un incendio. Toda la familia pudo salvarse pero la chica quedó atrapada en su habitación y murió. Dicen que era muy buena cristiana, por lo que Dios le ofreció la entrada en el Paraíso, sin embargo ella lo rechazó porque quería quedarse en la Tierra y seguir jugando con los niños. Cuando al fin asumió que estaba muerta ya era tarde, la puerta se había cerrado, por lo que se quedó bagando en las ruinas de la casa. Allí se sentía sola y estaba muy triste. Robert simplemente sintió lástima por la chica muerta, pero no se creyó nada sobre lo de su espíritu. Por la noche cogió su grabadora y una linterna y entró en la casa. No había nada fuera de lo común, una simple casa quemada. Iba describiendo todo lo que veía en la grabación. A media que subía las escaleras y se acercaba a la habitación de la chica, Robert empezaba a sentir una agonía en su interior. Primero se sintió nervioso, luego triste. Dejó las descripciones para ponerse a hablar de su mujer y, finalmente, de Dios. Decía cosas incongruentes, estaba teniendo pensamientos que no eran suyos. La grabadora se le estropeó y dejó de funcionar, pero él siguió. En el momento en el que abrió la puerta de la habitación de la muchacha, su agonía se hizo aún mayor. De repente empezó a sentir tristeza y soledad. Miró el piano y le entraron ganas de tocarlo, aunque él no sabía, aunque era consciente de que el piano estaba quemado. En ese justo momento se dio cuenta de lo que estaba haciendo y echó a correr para salir de la casa. Bajó las escaleras como un rallo, se hundieron bajo sus pies y calló dento de un armario. Se levantó corriendo y salió de allí.

Cuando volvió a la habitación del motel estaba totalmente pálido. Intentó arreglar la grabadora, pero no hubo manera, así que no pudo escuchar la grabación hasta que volvió a la redacción del periódico. Allí se hizo con un nuevo aparato. En la grabación sonaba algo que él no recordaba cuando entró en la casa, sonaba el piano del que hablaban los vecinos. Sin embargo, Robert decidió no enseñárselo a nadie, pues en la redacción él siempre presumía de no tener miedo a los fantasmas y le parecía bochornosa la grabación de sus incongruencias sobre Dios. Dejó su trabajo y entró en un periódico local. Nunca quiso saber nada más sobre casas encantadas.






Y así el caso permaneció oculto hasta que en 1999, el grupo Smashing Pumpkins conoció a hijo de Robert Glass, quien les ofreció la grabación. Ellos la usaron para uno de los temas de su último disco,
Glass And The Ghost Children (recordemos que "glass" también significa "cristal" en inglés).

La grabación se escucha a partir del minuto 4:34 ya acaba en el minuto 6:00

Aquí La Canción:




Espero que nunca escuchen ese piano a su alrededor, porque, en serio, sentirán pasos en la azotea...



0 comentarios :

Publicar un comentario