Resulta que ahora el Ejército de EE.UU. planea construir una armadura revolucionaria, capaz de dotar a sus soldados de una “fuerza sobrehumana”. Empresas de tecnología, laboratorios gubernamentales y la Academia fueron convocados para el diseño del traje.
Los comandantes del proyecto dicen que la armadura también deberá ser capaz de conectarse a una amplia gama de redes militares, incluso en los lugares más alejados – y por supuesto – poseer computadoras “portables”, similares a los smartwatches y los Google Glass.
Sin embargo, el propio oficial sabe: “Nadie puede producir eso en la actualidad” A excepción de Elon Musk. Mentira, tal vez ni él pueda hacerlo. Y es por esta razón que las empresas tecnológicas y los laboratorios del gobierno están siendo llamados a ser parte de este proyecto. ¿Tenemos aquí una versión real (o próxima) de Industrias Stark?
Y eso incluye a científicos del MIT, que ya están trabajando también en el desarrollo de una armadura corporal líquida, hecha con fluidos que se solidifican cuando se exponen a un campo magnético o corriente eléctrica.
La predicción es que sean capaces de construir la primera versión de TALOS en tres años.

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